martes, 17 de julio de 2012

Pizzería Vesuvio de Emanuele Maddaloni

Nota: Estoy intentando llegar a encontrar la forma de transmitir mis experiencias de una forma más profunda, por ello voy a probar a describir la pizza tal y como la siento. Por lo que el método de análisis de la pizza queda relegado a un segundo plano y a cambio, haré uso de una descripción menos formal pero más rica en sentimientos.


WEB: http://www.vesuvio.es/

Ubicación:

Categoría: Restaurante Italiano

El Local

El local tiene unos ventanales que dan al puerto de Gijón. Al entrar en el restaurante un profundo aroma a leña inundó mi pituitaria. Traducido al mundo del gusto, el olor a leña es sinónimo de exquisitez. Si tuviera que escribir las normas del restaurante italiano, una sería que si el restaurante huele a leña entra dentro y pide una pizza.

La Pizza




La primera impresión cuando te la sirven es de calidad. Los bordes, tostados pero mullidos. El queso, fundido y con presencia uniforme a lo largo y ancho de la pizza. Y por último, el jamón, cubierto por una fina capa de mozzarella, presenta un color excepcional y un corte bien hecho.

Antes si quiera de empezar a cortarla, merece la pena acercar las fosas nasales e inhalar la mezcla de aromas, dejando que éstos acaricien las terminaciones nerviosas de la pituitaria produciendo cascadas de endorfinas en el cerebro.

Al proceder a diseccionarla al cuchillo le cuesta abrirse paso. La masa, por debajo de los ingredientes, no se encuentra seca y crujiente. Los jugos y aceites que aparecen al cortarla sugieren que la masa está cargada de un excepcional sabor, destilado por la simbiosis del jamón, la mozzarella de búfala y el tomate.

El primer mordisco traslada una orgía de sabores a la boca. La dulzura del jamón, la textura elástica y tierna de la mozzarella entre los dientes y la masa con el tomate alimentan el ansia de las papilas que demandan más y más. El aroma de la leña se cuela por las fosas nasales mezclándose en este concierto del sabor, la conexión gusto y olfato alcanzan el nirvana y el cerebro, vencido, no puede hacer otra cosa que seguir engulliendo.

Por último se saborea el borde. Mullido, tostado, seca la boca ofreciendo un magnífico regusto a leña. Una opción es untar el borde con los jugos del plato y así revivir, a escala menor, la explosión de sabor alcanzada previamente.

Precio: 8,00 € sin IVA.

Conclusión
Sin duda la pizza de este restaurante es digna de probarse. Si eres un loco de las pizzas te va a encantar y si no entra también porque la calidad de sus platos es excelente. El Carpaccio esta genial y este plato es un medidor esencial de la calidad de los italianos para platos que no sean pizza.

Restaurantes italianos como estos dejan huella en los estómagos de los adictos a la comida italiana. Por mi parte se lleva un bravo y siempre que puedo, vuelvo.

Probadlo y volveréis.

Estatus: Indispensable

1 comentario:

  1. La verdad que la foto de la pizza es fucking amazing, y sorprende que esté tan buena como dices teniendo servicio a domicilio (prisas y pizza parecen sinónimos, pero no debiera ser así).
    Ganas de probar ON. Y la verdad que me ha resultado mucho más ameno esta entrada que la anterior, pero cualquier cosa que hagas será una orgia de sabores.

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